Martin Seligman, psicólogo norteamericano y uno de los fundadores de la Psicología Positiva, lleva años investigando los aspectos más brillantes del ser humano para contrarrestar el foco excesivo que desde la psicología tradicional se le ha dado a la patología y la enfermedad. En sus numerosos libros y estudios ha tratado aspectos como la felicidad, la resiliencia, las fortalezas y virtudes del ser humano, y en su modelo PERMA nos presenta los elementos que componen el bienestar.
El modelo PERMA está compuesto por 5 elementos:
Emociones Positivas (Positive Emotions): se entienden por emociones positivas aquellas que nos hacen sentir bien. Por ejemplo, entre las emociones básicas positivas se encontraría la alegría y entre las complejas o secundarias el amor y la gratitud. Por supuesto esto no significa que no debamos experimentar emociones que no son tan positivas como el miedo o la tristeza, pues cada emoción tiene una función esencial que nos aporta información y nos ayuda a preservar nuestra superviviencia.
Involucrarse (Engagement): es la capacidad de involucrarse de manera completa y apasionada en lo que nos está sucediendo en ese momento. Muy relacionado con lo que nos pasa cuando estamos tan inmersos en una actividad que nos gusta hacer que perdemos la noción del tiempo.
Relaciones (Relationships): se ha comprobado en numerosas ocasiones y con estudios controlados que lo que mueve al ser humano y aporta una gran satisfacción personal es la calidad y cantidad de nuestras relaciones: de amistad, familiares, de pareja. No hay ninguna duda de que somos animales sociales y este aspecto juega un papel importantísimo en nuestro bienestar.
Significado (Meaning): el sentido último de nuestra existencia, la búsqueda de una pertenencia a algo más grande que uno mismo son importantes elementos de motivación que explican actos cotidianos de entrega y generosidad. El hacer las cosas por una razón importante aporta un sentido y dirección a la vida que nos permite ser más felices.
Logro (Accomplishment): funcionamos paso a paso y por objetivos y aunque hay personas que están más orientadas al logro que otras, el conseguir las metas que nos hemos propuesto siempre nos produce una gran satisfacción. Eso sí, para que estos objetivos que nos proponemos sean realmente motivadores tienen que tener el grado justo de dificultad de acuerdo a nuestras capacidades: ni demasiado fácil para que pueda ser realmente un reto, ni demasiado difícil porque acabaremos frustrándonos. Por eso es importante saber y reconocer nuestros límites y capacidades.